Hace unos días, mientras esperaba en la fila del banco, dos mujeres hablaban acerca de otra: «¿Viste que se va a ir sola a méxico? yo no puedo creer que la familia no diga nada, con las cosas que pasan, ¿a vos te parece? tan chica y sola por el mundo.»
Ya a esa altura casi no dominaba mis ganas de intervenir, pero lo hizo un hombre que estaba delante de ellas: «Así son los chicos hoy, no? mi hijo hace ya dos meses que está solo por europa, y al principio no estaba muy de acuerdo, pero viendo lo feliz que está ahora ya no me preocupo tanto: es parte de su crecimiento.» La señora contrataca: «Y bueno, es lógico, con los varones siempre es diferente». ¿Perdón? ¿diferente en que sentido señora?¿En que momento la designación binaria de un género nos hace mas o menos capaces de desenvolvernos en cualquier tipo de situación?
Bueno no, no le dije eso, pero lo pensé y por eso me senté a escribir esto hoy.
Desde que tengo memoria, en mis cumpleaños, al tener que pedir tres deseos el primero siempre iba de lo mismo: «deseo viajar por el mundo». No sabía ni como ni cuando pero sabía que gracias al poder irrefutable de esas hilachas de algodón recubiertas en cera de colores que ardían sobre mi torta de cumpleaños, ESO iba a suceder.
Aparentemente no estaba tan errada. Cuando terminé el colegio, a mis 17 años, tuve la oportunidad de viajar a Europa por primera vez, y si bien mi destino era la casa de una amiga en Alemania el viaje lo emprendía sola desde Argentina. Era mi primera vez viajando sola y no tenía idea de nada. Recuerdo despedirme de mi familia en Ezeiza, entrar al aeropuerto, ver el avión por la ventana y descubrir que era muchísimo mas grande de lo que me imaginaba, y entender que esa ballena de aluminio iba estar llevándome a doce mil metros de altura durante casi 14 horas, y que yo debía confiar ciegamente en la idoneidad de un par de tipos que piloteaban al cetáceo. Ante eso me sentí el ser mas pequeño y frágil del universo. Pero no me quedaba otra: ya estaba ahí, con mi ticket y mi mochilita al hombro. Claramente el pavor duró unos segundos, pero todas esas cosas pasaron por mi cabeza hasta que le di a mis pies la orden de avanzar, subir al avión y llevarme hasta mi asiento.
Hacer cosas solos da miedo, saber que tu éxito o tu fracaso dependen de vos y de tus decisiones, eso da miedo. Y viajar es a poner a prueba nuestra capacidad resolutiva, porque una vez que emprendiste el trayecto, ya no hay vuelta atrás. Estás obligado a tomar decisiones todo el tiempo, y estoy convencida que esa es la mejor manera para amigarse y tener confianza en uno mismo.
Durante el trayecto siempre van a pasar cosas, el listado de anécdotas que me pasaron (buenas, malas y graciosas) es larguísimo, pero creo que ese es el chiste, que te pasen cosas y tener algo para contar después.
Siempre que hablo con alguien que me dice que le da miedo viajar solo digo lo mismo: no hace falta que te saques un pasaje a Tokyo para demostrar algo. Empezá por cosas mas cotidianas que solemos pasar por alto, hacé alguna actividad que hagas siempre acompañada: andá al teatro, al cine, a cenar o a tomar algo a un bar de tu ciudad. Bancate la idea de estar sola y de lo que eso implica. Te vas a aburrir, vas a extrañar, o la vas a pasar increíble. Lo importante es que puedas decidir estar con vos misma y no tener miedo de esa decisión.
Los límites que tenemos en nuestra cabeza suelen nacer del comentario de alguna tía, del vecino, de algún compañero de la facu, y que por algún motivo deciden instalarse en nosotros y evolucionar en pensamientos nocivos: «Seguro me va mal», «soy malísimo para organizarme», «con lo despistado que soy no llego ni a la esquina», «no se si me la banco». No dejes que esas ideas te dominen y toma tus propias decisiones, no hay nada mas feo que arrepentirse de las cosas que no hicimos.
Mi cumpleaños número 18 lo pasé cumpliendo uno de los deseos que había pedido en todos mi cumpleaños anteriores. Esa vez volví a desear lo mismo «viajar por el mundo», pero esta vez, consciente de que no solo el factor suerte es el que me llevó hasta ahí, sino la capacidad de dominar mis miedos.
Gracias por leer 🙂
Magali
Verdaderamente hermoso.
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Muchas gracias ☺️❤️
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Muy cierto todo y muy linda la forma en que lo escribiste . Me pasó lo mismo «¿viajaste sola?» me preguntaron como 50 veces en uno de mis viajes. Si . Y no me arrepiento
😊💪
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Jaja es verdad, cuando viajas sola mucha gente no lo entiende. Seguí así 💪🏽☺️
Gracias por tu comentario ❤️
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Qué lindo post! Me inspiraste muchísimo a seguir mi sueño de viajar por el mundo y no tener miedo a hacerlo sola💕
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Siii hacelo! No te vas a arrepentir en absoluto 🙂
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Yo me voy sola por primera vez en diciembre, y la verdad que a cada persona que le cuento me pregunta, con preocupación, lo mismo: ¿¿¿Pero te vas sola???
Al principio estaba re entusiasmada, hoy por momentos hasta preocupada, con dudas, pensando «Y si…»
Es lindo leer experiencias ajenas, no me hace sentir sola en esto y me devuelve la alegría y la emoción de saber que ya tengo mis pasajes y que en diciembre me voy! ❤
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Ay si, te preguntan TANTO antes de irte que al final te terminan metiendo sus inseguridades en tu viaje jaja. Oídos sordos y seguila, te va a ir genial. Mucho éxito en tu viaje!!
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